Aprender otros idiomas desde niños trae un conjunto de beneficios que mejora las habilidades sociales, laborales y culturales, incluso de salud, ya que algunos estudios han demostrado que hablar varios idiomas disminuye el avance de enfermedades como el Alzheimer. Por todo esto, plantear como objetivo el aprendizaje de uno o más idiomas además del materno desde la infancia es una excelente decisión.
Hay beneficios inmediatos y a largo plazo de estudiar inglés en la infancia. Por ejemplo, entre los inmediatos encontramos el desarrollo del multitasking y mayor empatía, y entre los de largo plazo tenemos mayores oportunidades para ingresar a la universidad o mejores empleos.
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Las habilidades que los niños ganan al aprender otros idiomas
Aprender un idioma extranjero es una experiencia integral ya que implica por supuesto incorporar un conocimiento nuevo, pero también permite sumergirnos en una cultura nueva e intentar comprender una forma de pensar distinta a la que estamos acostumbrados. A continuación, mencionamos las 5 habilidades más destacadas:
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Desarrolla la memoria y otras habilidades cognitivas
Tener un gran currículum será un plus para nuestros hijos luego de muchos años de estudiar un idioma, pero en el camino que lleva a ese destacado resultado hay mucho por ganar. Con tanto esfuerzo desde una edad temprana, los niños trabajan ciertas capacidades cognitivas fundamentales, como la memoria, el pensamiento crítico y la concentración.
A diferencia de los adultos, los niños de hasta 7 años no aprenden una segunda lengua, sino que la aprehenden, es decir, adquieren nuevos conocimientos de forma natural, tal como están adquiriendo al mismo tiempo el dominio de su lengua materna. Gracias a esto, su avance se acelera.
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Los niños bilingües mejoran el aprendizaje de otros idiomas
Hay un mito que dice que si los niños pequeños aprenden un segundo idioma se confunden y desarrollan problemas en su lengua materna. Por suerte, esta es solo una leyenda sin fundamentos, ya que hay muchos beneficios asociados al aprender un idioma extranjero.
El aprendizaje de cualquier lengua ayuda a moldear la estructura física del sistema auditivo, lo que permite el entendimiento y reproducción de distintos sonidos. Sin embargo, es en la infancia cuando el oído es más propicio a este proceso, es por esto que los niños pueden reproducir fonemas de distintas lenguas con más facilidad que los adultos. Incluso cuando un niño sabe dos o más idiomas puede distinguir otros que nunca ha escuchado con menos dificultad que un adulto.
Otra ventaja es que los niños bilingües o multilingües pueden analizar más rápido las palabras y sus significados, inclusive entre distintas lenguas y sobre todo entre cognados, es decir, términos que comparten mismas raíces etimológicas. Esto les da ventaja para la comprensión de lectura, tal como lo comprobó un estudio de Psychological Science dirigido por Eva Van Assche.
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Se mejora la capacidad de resolver problemas
Al aprender otros idiomas además de la lengua materna los niños se encontrarán todo el tiempo con obstáculos: una palabra desconocida, una expresión que en español no tiene sentido o un nativo con un acento difícil de entender. Es en estas situaciones que los estudiantes deberán encontrar la manera correcta de resolver el problema y poder avanzar. Luego, podrán usar estas habilidades en otros aspectos de la vida donde aparezcan obstáculos en el camino.
En The relationship between bilingualism and the development of cognitive processing problem solving (1998), el investigador Majumder Bialystok encontró que los niños bilingües tienen mejor control de intenciones que los niños monolingües, lo que ayudaba en la resolución de problemas en general.
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Aprender otros idiomas te ayuda a expandir tus horizontes
Conocer el lenguaje de una cultura extranjera es como tener la llave de un tesoro precioso. Esto les permite comprender a fondo la idiosincrasia de un grupo o pueblo, sabiendo aspectos elementales de la identidad, como el comportamiento y el estilo de vida.
Además, si nuestros hijos aprenden otros idiomas tendrán el beneficio de descubrir distintos países. Así, surgen otras habilidades que desarrollan los niños: la empatía, la tolerancia y el interés por la inclusión social.
De hecho, en The effects of bilingualism on theory of mind development, se demostró que niños bilingües de 3 años tenían que reflexionar qué idioma debían usar con ciertas personas, lo que a la larga ayuda al sentido de la empatía.
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Mejora la atención y el multitasking
Si bien es imposible estar atentos a todo, todo el tiempo, el aprendizaje desde la infancia de una segunda o tercera lengua ayuda a que los niños puedan switchear entre idiomas con el fin de adaptarse a diferentes situaciones.
Es decir, el cerebro de una persona bilingüe responde con mayor facilidad a ciertos estímulos que lo obligan a modificar su forma de comunicarse.
De hecho, existen indicios de que esta ventaja cognitiva puede ser benéfica para otras actividades en las que son necesarias la concentración y la respuesta individualizada a ciertos estímulos, tal como lo publicó una investigación dirigida por la Dra. Peggy McCardle del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.