Shakespeare Lives in Science;
venenos, pócimas y drogas

¿Realmente funcionan los brebajes shakespearianos?

Los venenos y las pócimas son las armas escogidas por muchos de los personajes más emblemáticos de Shakespeare.

Utilizados para seducir amantes, matar enemigos y ganar poder, nada era demasiado dañino para Shakespeare.

Dimos un vistazo más de cerca a los fundamentos botánicos y zoológicos de algunos de estos elíxires para averiguar si realmente funcionarían.

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Filtros de amor

Escena de Sueño de una noche de verano “Ven, sobre este lecho de flores reposa” William John Montaigne C.1820-1902

Uno de los filtros de amor más famosos de Shakespeare es usado por el espíritu Robin Goodfellow en Sueño de una noche de verano, y está hecho de una flor llamada “pensamiento”, también conocida como pensamiento salvaje (Viola tricola).

El filtro es creado cuando Cupido le lanza una saeta a “la imperial sacerdotisa” (la Reina Isabel I), pero yerra y, en su lugar, le pega a la flor. Los pétalos blancos se vuelven color púrpura, y el jugo de la flor se convierte en filtro de amor. Entonces Robin Goodfellow pone el filtro en los ojos de Lisandro, que está dormido, y luego de Demetrio, lo que ocasiona el caos en el bosque.

En el mundo natural, el color de los pétalos es una característica importante de las plantas, ya que los insectos usan los diseños de los mismos para determinar dónde deben posarse para recoger el néctar. Muchos insectos también pueden ver un espectro de luz más amplio que los humanos, incluso el ultravioleta, lo que significa que las flores lucen significativamente diferentes “a los ojos de los insectos”.

Hablando desde el punto de vista científico, la viola tricolor no puede inducir al amor, pero los extractos de la planta han demostrado ser antimicrobianos y citotóxicos. Los químicos citotóxicos pueden matar células completas de tal manera que pueden usarse para tratar enfermedades causadas por un crecimiento descontrolado, como el cáncer.

Sin embargo, sí existe una “hormona del amor” conocida como oxitocina, que puede estimular sentimientos de amor o afecto en los seres humanos, y se ha encontrado que la hormona dopamina, que es liberada cuando besamos, estimula las mismas áreas del cerebro que la heroína y la cocaína.

Créditos de las fotografías
Viola tricolor; creative commons en FlickrJose Luis Cernadas Iglesias
Abeja en pensamiento; creative commons en Flickr Orangeaurochs

Venenos

Crédito de la imagen: Peripitus, 2008

El veneno adquiere un papel protagónico en Hamlet, cuando la rivalidad entre hermanos lleva al regicidio y sume al castillo real danés de Elsinor en un estado de celos y desconfianza.

El rey Hamlet, padre del príncipe Hamlet y hermano de Claudio, muere aparentemente mientras duerme, pero el joven príncipe pronto descubre que en realidad la causa fue el veneno en su oído.

“Tu tío me sorprende en aquella hora de quietud, y trayendo consigo una ampolla de licor venenoso, derrama en mi oído su ponzoñosa destilación”

Hamlet, Acto 1, Escena 5

Los científicos y eruditos se han preguntado qué quiso decir Shakespeare con “licor venenoso” (hebenon en la obra en inglés). Puede haber varias posibilidades que incluyen la cicuta, la belladona, el tejo, el ébano y el beleño negro.

Sin duda, el beleño (henbane) es el más cercano por la similitud de su escritura con el original en inglés (hebenon) y el ingrediente activo del beleño es la hiosciamina, la cual, en altas concentraciones, puede ser letal para los seres humanos. ¿Quizás a eso es a lo que Shakespeare se refiere?

Pócimas adormecedoras

Romeo y Julieta, Francis Sydney Muschamp, 1886

En el acto final de Romeo y Julieta, nuestra trágica heroína bebe una pócima que la pondrá en estado catatónico para fingir su propia muerte. Muchos creen que lo más posible es que la pócima fuera la belladona (Atropa Belladonna), una planta originaria de Europa.

"La dosis debió ser muy baja. Una sola baya puede matar a un niño pequeño. Sin duda, es un caso típico de una planta altamente tóxica, pero todo depende de la forma de administración, la dosis y otras circunstancias, las características de la persona (edad, tamaño, preexistencias)".

Profesor Michael Heinrich de UCL

Otros candidatos soporíferos que se encuentran en la naturaleza pueden haber sido las semillas de la planta de totora, o una hierba llamada acónito (leopards bane). Estas dos plantas son tóxicas; sin embargo, ninguna habría tenido la capacidad de inducir un estado de coma con un latido del corazón tan lento que hubiera podido ser confundido con la muerte.

Al encontrar a Julieta y creer que estaba muerta, Romeo utiliza un potente veneno de acción rápida para quitarse la vida. Una elección obvia para un veneno tan fuerte es el cianuro de potasio o el acónito medieval, los cuales causan un rápido paro respiratorio.

“Disolved esto en cualquier líquido y bebedlo y, aunque tengáis el vigor de veinte hombres, al instante os matará”.

Romeo y Julieta: Acto 5, Escena 1

Crédito de la primera imagen: Romeo le da dinero a un boticario por una pócima para fingir su muerte. Publicada por primera vez por Bowles and Carver, cortesía de Wellcome Images, Londres.

Segunda imagen: Atropa Belladonna. Danny S. 2008.

Suicidio

La muerte de Cleopatra, Reginald Arthur, 1892

En la Escena 2 del Acto 5 de Antonio y Cleopatra, esta última, al enterarse de la muerte de Marco Antonio y no estar dispuesta a ser capturada viva por César, pone en marcha su propio suicidio mediante la picadura de un áspid en el pecho.

Pintura de finales del siglo 19, del Acto 4, Escena 15: Cleopatra sostiene a Antonio mientras muere. 

Pintura de finales del siglo 19, del Acto 4, Escena 15: Cleopatra sostiene a Antonio mientras muere. 

En la historia antigua, se llama áspid a varias serpientes venenosas de la región del Nilo. Cleopatra ya les había administrado el veneno a los criminales para probar sus efectos y creía que la picadura de un áspid permitía una muerte mucho más humana.

Existen cuatro tipos principales de veneno de serpiente: el proteolítico, que altera la estructura molecular de la región picada; el hemotóxico, que afecta la sangre y el sistema cardiovascular; el neurotóxico, que actúa sobre el sistema nervioso y el citotóxico, que tiene un efecto localizado en el lugar de la picadura.

Lo más posible es que el veneno de áspid que utilizó Cleopatra fuera neurotóxico y citotóxico y habría causado una muerte particularmente atroz. El veneno primero detiene las señales a los músculos y luego al corazón y los pulmones. Las víctimas mueren de paro respiratorio.

Magia

Macbeth y Banquo se reúnen con las tres brujas en un matorral, Grabado de W. Bromley al estilo de la pintura de J.H. Füssli, Wellcome Library, Londres

En Macbeth de Shakespeare, las tres brujas elaboran una pócima con ingredientes escogidos para simbolizar una maldad increíble. Entre órganos humanos y partes de animales, las brujas usan la raíz de la mortal cicuta (Conium maculatum), una planta altamente venenosa que se conoce por tener una estructura química y propiedades farmacológicas similares a la nicotina.

Incluso en dosis bajas, la planta puede causar paro respiratorio y la muerte. Se sabe que la raíz de la planta, usada por las brujas en su brebaje mortífero, tiene la concentración tóxica más alta de toda la planta.

Las brujas también agregan tejo común (Taxus baccata). La planta contiene taxina, un alcaloide altamente tóxico, que, al ingerirse, puede causar la muerte rápida por paro cardíaco.

Aunque la pócima de las brujas es una creación mágica, el potencial mortífero de los ingredientes usados es muy real. Las plantas son unas de las especies más venenosas que se encuentran en Europa Occidental y es evidente que Shakespeare estaba consciente de su naturaleza letal.

También es significativo que las brujas hirvieran su caldo. La ebullición se ha conocido por mucho tiempo para esterilizar el agua y destruir microorganismos patógenos que causan enfermedades. La elevada temperatura también les daría a las moléculas más energía cinética y la reacción sucedería más rápido. Sin embargo, el aumento en la concentración del producto depende del tipo de reacción.

“La lana del murciélago amigo de las tinieblas, la lengua del perro, el dardo del escorpión, ojos de lagarto, músculos de rana, alas de lechuza... Hierva todo esto”.

Macbeth. Acto 4, Escena 1

La escena es una de las más evocadoras de toda la obra de Shakespeare, y ha inspirado a muchos escritores, desde J.K. Rowling hasta Samuel Beckett.

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Para leer más artículos interesantes sobre ciencia, dale un vistazo al blog de ciencia del British Council, Cubed.

Allí, puedes averiguar sobre los aspectos genéticos que están detrás del reciente proyecto arqueológico Richard III, el personaje de la obra de Shakespeare que tiene el mismo nombre, así como la relación entre la poesía y la poesía y neurociencia.

Visita el sitio web Shakespeare Lives para más información sobre los eventos y actividades del British Council sobre Shakespeare.

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